La futura normativa permitirá a los bancos reducir las exigencias de capital al conceder préstamos para edificación, mejorando las condiciones de acceso al crédito en un momento clave para la oferta de vivienda.
Bruselas. La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) está ultimando una reforma normativa que puede suponer un punto de inflexión en la financiación del sector inmobiliario. El objetivo es permitir que los préstamos destinados a la promoción y construcción de vivienda dejen de estar penalizados como activos de riesgo elevado, facilitando así el acceso al crédito para promotores y constructores.
Hasta ahora, las entidades bancarias estaban obligadas a aplicar exigencias de capital más estrictas a este tipo de financiación, lo que dificultaba la concesión de préstamos a proyectos inmobiliarios, incluso con garantías sólidas o viabilidad comercial demostrada. Con esta reforma, que forma parte de un paquete de medidas para reactivar la inversión en vivienda en Europa, los bancos podrán tratar estos créditos con mayor flexibilidad, siempre que cumplan determinados criterios de solvencia y trazabilidad.
Esta iniciativa llega en un contexto de tensión en el mercado de la vivienda, con una creciente demanda no cubierta en muchas ciudades europeas y con el objetivo compartido por las instituciones comunitarias de facilitar el desarrollo de parques residenciales asequibles, sostenibles y bien planificados.
La nueva regulación, que se encuentra en fase final de consulta, podría entrar en vigor en los próximos meses y tendrá un impacto directo en la planificación y financiación de promociones residenciales, tanto públicas como privadas.
Una medida esperada por el sector
Promotores, entidades financieras y asociaciones del sector llevan años reclamando una actualización del marco regulador que permita alinear los requisitos bancarios con la realidad del mercado y los objetivos sociales de vivienda.
Aunque la reforma no implica una liberalización total del crédito, sí introduce una distinción más ajustada entre proyectos de riesgo elevado y aquellos que, pese a tratarse de obra nueva, cumplen con todas las garantías financieras y técnicas necesarias.
En resumen, la reforma de la Autoridad Bancaria Europea marca un cambio de rumbo en la relación entre banca y promoción inmobiliaria. Su aplicación práctica dependerá de los detalles finales, pero abre la puerta a un entorno financiero más favorable para impulsar la construcción de vivienda en Europa.