En un momento en que amplias capas de la población tienen serias dificultades para acceder a una vivienda digna y asequible, el Observatorio 2030 del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) ha activado un espacio de reflexión clave: el Grupo de Trabajo “Nuevas maneras del habitar”, integrado en el Task Force de Vivienda. Su primera reunión, celebrada de forma telemática el 18 de julio, dejó una advertencia clara: no podemos seguir diseñando vivienda para arquetipos mediáticos, sino para personas reales, diversas y con necesidades cambiantes.
Liderado por el proyecto HabitaTU —dirigido por las arquitectas Matxalen Acasuso y Paz Martín—, el grupo reunió a una pluralidad de agentes del sector: desde la Federación de Consumidores (CECU), la Fundación ONCE o la Red de Vivienda Cooperativa, hasta universidades, empresas sociales y colectivos de cohousing. Todos compartieron un objetivo común: redefinir las formas de habitar en el siglo XXI con una mirada social, inclusiva y territorialmente equilibrada.
Uno de los mensajes más contundentes lo lanzó David de Ugarte, presidente de la Fundación Repoblación, quien señaló los peligros de asociar el coliving exclusivamente a “jóvenes urbanos” y otros estereotipos simplificadores. “Diseñar para arquetipos mediáticos es un error. Debemos responder a la realidad compleja y plural de los hogares actuales, tanto en lo urbano como en lo rural”, afirmó.
El grupo también puso el foco en la necesidad urgente de renovar y rehabilitar el parque edificado existente, uno de los más envejecidos de Europa. Samuel Espinosa, de ANERR, propuso el concepto de rehabitar para describir procesos que no solo restauren edificios, sino que los transformen social y funcionalmente. “El 90 % de las viviendas que tendremos en 2050 ya están construidas. La clave es cómo las adaptamos a las nuevas necesidades”, subrayó.
Por su parte, David Pino, técnico de Andalucía Emprende, defendió la idea de cruzar la “arquitectura organizativa” con la proyectual, entendiendo la vivienda no solo como espacio físico sino como ecosistema social capaz de responder a problemáticas como la soledad o la falta de vínculos comunitarios.
Este grupo de trabajo es uno de los ocho que componen el Task Force de Vivienda, una iniciativa lanzada por el CSCAE en marzo de 2025. Su metodología combina encuestas —la actual estará abierta hasta el 5 de septiembre— con dinámicas participativas que permitirán recoger experiencias, propuestas y casos de éxito. Todo ello cristalizará en una guía práctica que se presentará en enero de 2026, con el objetivo de orientar políticas públicas, decisiones profesionales y demandas ciudadanas. Mientras tanto, otros grupos como “Políticas y regulaciones” y “Ordenación urbana y rural” también han comenzado su andadura dentro del mismo Task Force. Juntos configuran una red de trabajo colaborativa que aspira a aportar soluciones concretas, sostenibles y sensibles a los desafíos del hábitat contemporáneo.