El nuevo Baoshan Waste-to-Energy Center ahorra más de 3 millones de toneladas de emisiones de carbono al año y redefine el futuro de las infraestructuras urbanas de residuos con un diseño innovador que integra arquitectura, paisaje y educación ciudadana.
Baoshan convierte una antigua fundición en un centro verde que transforma residuos en energía
El antiguo emplazamiento industrial del distrito de Baoshan en Shanghái ha sido transformado en un innovador centro de valorización energética de residuos diseñado por Ballistic Architecture Machine (BAM). Más allá de una planta de tratamiento, se presenta como una nueva tipología de edificio público que combina funciones industriales, recreativas y educativas en un mismo lugar.
El complejo de 128.000 m² se integra en un parque urbano de 4 hectáreas, donde el edificio se mimetiza con el paisaje a través de una arquitectura porosa y una cubierta verde que permite el uso ciudadano. El enfoque paisajístico y arquitectónico desafía las formas tradicionales de la infraestructura industrial y busca cambiar la percepción pública sobre este tipo de equipamientos.
Diseño para una economía circular
El centro combina tecnologías de incineración y digestión anaerobia (también conocida como biometanización, es un proceso biológico que ocurre en ausencia de oxígeno, en el que los microorganismos descomponen la materia orgánica para producir biogás, una mezcla de gases como metano y dióxido de carbono). Además, se produce un residuo sólido llamado digestato, que puede ser utilizado como fertilizante. , permitiendo el aprovechamiento energético tanto de residuos secos como orgánicos. Esta dualidad contribuye a maximizar la recuperación de recursos y apoyar una transición hacia la economía circular. El diseño evita el paradigma del «contenedor decorado», optando por una forma geológica abierta, que cumple con los requisitos técnicos y a la vez promueve el diálogo entre industria y ciudadanía.
Educación ambiental en clave experiencial
El Museo de los Residuos, integrado en el complejo, guía a los visitantes por una narrativa inmersiva llamada “La historia de la basura”, que conecta la evolución de los materiales con el desarrollo energético. Esta experiencia se complementa con una sala interactiva que muestra las fases del proceso WTE (waste-to-energy) desde las grúas hasta las turbinas.

Prototipo para las ciudades del futuro
BAM plantea esta instalación como un prototipo de cómo las ciudades pueden incorporar infraestructuras limpias en su núcleo urbano, desafiando el estigma NIMBY (Not In My Backyard). Se trata de un ejercicio de urbanismo y arquitectura que proyecta un futuro donde estas plantas se conviertan en espacios cívicos multifuncionales y educacionales.
El Baoshan Waste-to-Energy Center representa no solo una solución técnica a la gestión de residuos, sino una invitación a repensar la relación entre ciudadanía, residuos y energía en clave de sostenibilidad.
Fuente: v2com newswire Fotos: Derryck Menere





















