De cara al año 2050, el sector de la edificación debe afrontar un reto clave: alcanzar la neutralidad en carbono. Para lograrlo, es fundamental reducir al máximo la huella de carbono de los materiales de construcción. Actualmente, los edificios generan más de un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, lo que convierte a este sector en un eje prioritario para cumplir con los compromisos climáticos internacionales.
En este contexto, AFELMA — Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes — ha encargado a la consultora Arup un estudio técnico con el objetivo de analizar el impacto real de este material en el proceso de descarbonización del entorno construido.
El análisis se ha centrado en un edificio residencial tipo de media altura ubicado en Madrid, diseñado conforme al Código Técnico de la Edificación. El estudio contempla tanto el carbono embebido, que incluye los materiales y procesos constructivos, como el carbono operacional, vinculado al consumo energético durante la vida útil del inmueble. Para ello, Arup ha desarrollado tres fases de análisis:
- caracterización del edificio,
- estudio del ciclo de vida,
- análisis de sensibilidad ante distintos escenarios y tipos de fachada.
Entre los resultados más destacados, se concluye que el uso de lanas minerales representa solo un 2,5% del carbono embebido total, muy por debajo de materiales como el hormigón o el acero, que pueden llegar a suponer hasta un 55% conjuntamente. Además, el aislamiento térmico con lanas minerales contribuye significativamente a la reducción del carbono operacional, al mejorar el rendimiento energético del edificio.
“Conocer el impacto de cada material es clave para diseñar edificios más sostenibles desde la fase inicial del proyecto. Este tipo de estudios nos ayuda a entender el efecto real de nuestras decisiones de diseño y a identificar oportunidades para aplicar materiales más eficientes”, afirma Olatz Pombo, consultora senior de Clima y Sostenibilidad en Arup.
En definitiva, el estudio confirma que las lanas minerales se posicionan como una solución eficaz y sostenible en la construcción. Su bajo impacto ambiental inicial, combinado con su capacidad de ahorro energético a lo largo de toda la vida útil del edificio, las convierte en un aliado estratégico frente a las normativas futuras más exigentes en sostenibilidad y eficiencia energética.