La Comisión Europea y la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) han publicado el segundo informe de seguimiento y perspectivas del Plan de Acción «Contaminación Cero», que evalúa el progreso de la UE hacia los objetivos medioambientales fijados para 2030. Junto a este, también se ha presentado el cuarto informe sobre las perspectivas de calidad del aire en Europa.
Ambos documentos muestran que las políticas comunitarias han contribuido a reducir significativamente algunos tipos de contaminación, como la atmosférica, el uso de plaguicidas y los residuos plásticos marinos. Sin embargo, advierten que los niveles actuales de contaminación siguen siendo demasiado elevados, especialmente en lo referente al ruido ambiental, la presencia de microplásticos, la contaminación por nutrientes y la generación de residuos.
Para cumplir con los objetivos establecidos para 2030, será necesario adoptar medidas más decididas. La integración del principio de contaminación cero en todas las políticas europeas y nacionales es clave. Además,impulsar una economía circular permitirá reducir el consumo de recursos, aliviando la presión sobre los ecosistemas y la salud de las personas.
Avances importantes, pero insuficientes
El informe muestra avances desiguales en los seis grandes objetivos de contaminación cero. Se han logrado reducciones en la basura marina, el uso de pesticidas y antimicrobianos, y se ha mejorado la calidad del aire en toda Europa gracias a una normativa más estricta y a la disminución de emisiones contaminantes. Esto ha tenido un impacto directo en la salud pública, con una notable reducción de las muertes prematuras asociadas a la contaminación del aire.
No obstante, el número de fallecimientos causados por la mala calidad del aire sigue siendo alarmante. La contaminación por amoníaco y óxidos de nitrógeno continúa afectando gravemente a los ecosistemas, tal como indica el cuarto informe sobre las Perspectivas del Aire Limpio. Aunque las emisiones atmosféricas siguen bajando, el aire contaminado sigue suponiendo un grave riesgo para la salud y el medio ambiente.
Otros focos de contaminación preocupantes
- La contaminación acústica sigue siendo uno de los grandes desafíos. En muchas zonas urbanas, millones de personas están expuestas a niveles de ruido perjudiciales de forma crónica, principalmente por el tráfico.
- En cuanto a los microplásticos, el informe señala la necesidad urgente de adoptar nuevas medidas para frenar esta fuente creciente de contaminación.
- La pérdida de nutrientes, especialmente nitrógeno y fósforo procedentes de la agricultura, no ha mejorado.
- La generación de residuos en la UE sigue aumentando, lo que pone en evidencia la necesidad de fortalecer las políticas de prevención, reutilización y reciclaje.
Medidas legislativas en marcha
La UE ya ha actuado con revisiones importantes en varias directivas clave: emisiones industriales, calidad del aire, tratamiento de aguas residuales urbanas, residuos y agua, además del reglamento sobre el mercurio.
También se ha adoptado el nuevo Reglamento sobre la Restauración de la Naturaleza, que contribuirá a reducir la presión contaminante sobre los ecosistemas y mejorar su resiliencia.
Respecto a los microplásticos, en 2023 la Comisión presentó una propuesta para prevenir las pérdidas de granza de plástico al medio ambiente, una de las principales fuentes de microplásticos. Este reglamento, una vez aprobado, será un paso esencial dentro del Plan de Acción «Contaminación Cero».
Un nuevo tablero para medir el progreso
Una de las grandes novedades es el Tablero de Contaminación Cero, un conjunto de indicadores que permite comparar el rendimiento medioambiental entre regiones y capitales de la UE. Evalúa la situación en términos de aire, agua y suelo limpios, salud pública, biodiversidad y consumo de recursos.
El tablero destaca 15 regiones con los mejores resultados, situadas principalmente en Austria, Finlandia, Francia, Alemania y Suecia.
Un futuro más limpio está en nuestras manos
Este informe conjunto, elaborado con la participación del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, se utilizará para ajustar las políticas y reforzar los compromisos hacia 2030. A largo plazo, el objetivo es aún más ambicioso: reducir la contaminación a niveles que ya no representen un riesgo para la salud humana ni para el medio ambiente de aquí a 2050.
La contaminación es una de las principales causas de enfermedades y muertes evitables en Europa. Además, afecta de manera desproporcionada a los grupos más vulnerables, como personas mayores, niños y comunidades con menos recursos. También es una de las principales amenazas para la biodiversidad.
Reducir estos impactos no solo es posible, sino necesario. La UE cuenta con las herramientas, el conocimiento y la legislación. Lo que se necesita ahora es acelerar la acción y garantizar que todos los niveles de gobierno y sectores sociales se impliquen en la transición hacia un entorno verdaderamente limpio y saludable.