Este artículo está basado en la Guía de buenas prácticas para el ahorro de agua es un proyecto elaborado por el Taller de Instalaciones Escuela Técnica Superior de Edificación Universidad Politécnica de Madrid junto con los alumnos del programa Focus Labora de la fundación Down Madrid. El documento se puede descargar en la web del CGATE en este enlace
En un mundo donde los recursos naturales están cada vez más amenazados por la crisis climática, el crecimiento urbano y la desigualdad social, el acceso al agua potable se ha convertido en una cuestión urgente. Aunque tres cuartas partes del planeta están cubiertas de agua, solo el 2,5% es dulce y apta para el consumo humano. De esta cantidad, una parte importante se encuentra congelada o inaccesible. El resto debe ser gestionado con responsabilidad.
La guía “Nos movemos por la pobreza energética y el consumo responsable de agua”, elaborada por estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Edificación de la Universidad Politécnica de Madrid y jóvenes del programa Focus Labora de Down Madrid, ofrece herramientas prácticas, educativas e inclusivas para entender el problema y actuar desde el ámbito doméstico.
Un problema global con consecuencias locales
Según datos de Naciones Unidas, cerca de 2.000 millones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura, y más de 3.600 millones no disponen de servicios de saneamiento adecuados. Esta desigualdad impacta especialmente a las comunidades más vulnerables y es uno de los desafíos contemplados en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de la Agenda 2030: garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible.
El cambio climático intensifica la escasez hídrica: las sequías son más frecuentes, los ecosistemas se deterioran y muchas poblaciones ven comprometida su supervivencia. A esto se suma la contaminación de ríos, acuíferos y mares por residuos plásticos, vertidos industriales y productos químicos.
Entender nuestra factura del agua: un acto de empoderamiento
La guía dedica una sección completa a interpretar correctamente la factura del agua, lo cual permite a las personas controlar su consumo, detectar irregularidades y adoptar medidas de ahorro. Se explican conceptos como el consumo en metros cúbicos, las cuotas fijas y variables, las bonificaciones sociales y los impuestos.
Además, se ofrece una calculadora de consumo doméstico que, con solo unos pocos datos sobre la vivienda y sus ocupantes, estima el uso diario de agua. Con esta información, es posible detectar excesos, corregir hábitos y reducir la factura.

¿Cuánta agua usamos realmente?
El consumo medio recomendado es de 100 litros diarios por persona, pero muchos hogares superan con creces esta cifra. En los estudios realizados por los estudiantes, algunos casos alcanzan los 277 litros por día, mientras que otros consiguen mantener un consumo inferior a los 100.
La diferencia está en los hábitos cotidianos: usar la ducha en lugar de la bañera, cerrar el grifo mientras te cepillas los dientes, reparar fugas, aprovechar el agua de la lluvia o usar electrodomésticos eficientes.
La recuperación de aguas pluviales: una solución sostenible
La guía promueve el uso de sistemas de recogida de aguas pluviales para tareas que no requieren agua potable, como el riego de jardines o la limpieza del hogar. A través de canalones, depósitos y tuberías de distribución, es posible reducir la dependencia del agua de red y aprovechar un recurso gratuito y natural.
Los autores muestran cómo calcular la cantidad de agua de lluvia recuperable en función de la superficie del tejado, las precipitaciones y el número de habitantes, evidenciando el potencial de este sistema en viviendas particulares y edificios colectivos.
¿Cuánta agua consumen los aparatos de uso diario?
Uno de los puntos más visuales y prácticos de la guía es la tabla que muestra el consumo medio de agua de los electrodomésticos y rutinas habituales. Por ejemplo:
- Una bañera llena: entre 200 y 300 litros.
- Una ducha: entre 30 y 80 litros.
- Lavar los platos a mano: entre 15 y 30 litros.
- Un ciclo de lavadora: entre 40 y 80 litros.
- Regar 100 m² de césped: hasta 400 litros.
Estos datos permiten tomar conciencia y adoptar decisiones más sostenibles: usar el lavavajillas solo cuando esté lleno, instalar aireadores en grifos, cerrar la cisterna del inodoro cuando no sea necesario, entre otros.
Educación, inclusión y sostenibilidad: una experiencia transformadora
El proyecto ha sido desarrollado desde una metodología de aprendizaje-servicio, en la que estudiantes universitarios y jóvenes con discapacidad intelectual colaboran como iguales en la creación de conocimiento útil para la sociedad. A través de talleres, maquetas, actividades lúdicas y dinámicas pedagógicas, se ha promovido la formación práctica, la conciencia ambiental y la inclusión real.
Las actividades incluyeron el diseño de instalaciones domésticas, recorridos educativos, gymkhanas, escape rooms y sesiones de reflexión conjunta. El resultado no solo es una guía útil, sino también un ejemplo de cómo la educación puede transformar realidades y generar redes solidarias.
Reflexión final: cada gota cuenta
La guía concluye con un mensaje claro: cuidar el agua es cuidar la vida. Desde nuestros hogares, cada persona puede contribuir al cambio con pequeños gestos que, sumados, tienen un gran impacto. La colaboración entre generaciones, capacidades y disciplinas demuestra que es posible construir un futuro más justo, sostenible e inclusivo.