Contenidos
- La rehabilitación se consolida como motor estratégico de modernización urbana, pero su despliegue evidencia desigualdades profundas: la burocracia, la falta de personal técnico y la escasa cultura rehabilitadora son los principales frenos.
- Comparativa autonómica: ¿Dónde es más ágil y eficaz rehabilitar viviendas en España en 2025?
- Un parque edificado con necesidad urgente de intervención
- Avances y cifras a escala nacional
- Análisis autonómico: fortalezas y debilidades
- Obstáculos comunes y retos estructurales
- Modelos replicables y soluciones compartidas
- El reto cultural: hacia una visión compartida de la rehabilitación
- Otras publicaciones de Construnews sobre Rehabilitación de viviendas
La rehabilitación se consolida como motor estratégico de modernización urbana, pero su despliegue evidencia desigualdades profundas: la burocracia, la falta de personal técnico y la escasa cultura rehabilitadora son los principales frenos.
Comparativa autonómica: ¿Dónde es más ágil y eficaz rehabilitar viviendas en España en 2025?
La rehabilitación de viviendas y edificios se ha consolidado como uno de los ejes fundamentales del futuro del sector de la construcción en España. La presión ambiental, los objetivos europeos de descarbonización y la necesidad de adaptar un parque edificado envejecido han situado esta actividad en el centro de las políticas públicas y de los programas de inversión. A ello se suma el impulso financiero de los fondos NextGeneration EU, que han asignado miles de millones de euros para la modernización del parque residencial. Sin embargo, la implementación territorial de estos programas revela un mapa desigual: mientras algunas comunidades autónomas destacan por su agilidad y eficacia, otras están lejos de alcanzar los objetivos comprometidos.
Un parque edificado con necesidad urgente de intervención
En España, más del 50% del parque de viviendas fue construido antes de la entrada en vigor de la primera normativa técnica de eficiencia energética en 1979. Esto significa que millones de inmuebles presentan graves deficiencias en aislamiento, ventilación, confort térmico y accesibilidad. Además, un porcentaje importante de estos edificios se encuentra en zonas vulnerables, donde la rehabilitación representa también una oportunidad para la cohesión social, la reducción de desigualdades y la generación de empleo local.
Avances y cifras a escala nacional
El impulso político y económico ha comenzado a traducirse en resultados: en 2024 se visaron para gran rehabilitación 55.473 viviendas, lo que supone un aumento del 47% respecto al año anterior y del 117% en comparación con 2019. Sin embargo, este avance está lejos de ser homogéneo en todo el territorio. El grado de ejecución de las ayudas asignadas para rehabilitación energética es bajo: en marzo de 2025 apenas se había materializado el 42% del presupuesto asignado, y solo el 37% de las partidas centradas en eficiencia energética se habían ejecutado. Estas cifras reflejan barreras estructurales que deben ser atendidas de manera urgente.
Análisis autonómico: fortalezas y debilidades
Algunas comunidades han logrado dinamizar la rehabilitación gracias a una combinación de factores: buena planificación técnica, colaboración institucional, coordinación con los ayuntamientos y una estrategia clara de comunicación hacia los ciudadanos.
- En Andalucía, se han desplegado programas integrales de rehabilitación urbana en capitales como Málaga, Sevilla o Granada, donde se combinan mejoras estructurales, de accesibilidad y de eficiencia energética. Además, se han impulsado actuaciones sociales que refuerzan el impacto de las obras en barrios vulnerables.
- Aragón ha destacado por su enfoque mixto: mientras Zaragoza promueve vivienda pública, también se han otorgado numerosas licencias para la rehabilitación de viviendas privadas con subvención. El Plan Más Vivienda está siendo un catalizador de proyectos.
- En Cataluña, pese a ciertos retrasos iniciales, el programa de rehabilitación está tomando velocidad, con iniciativas que integran ayudas a la comunidad de propietarios y mecanismos financieros innovadores, como las oficinas de rehabilitación energética.
Por el contrario, regiones como Castilla-La Mancha, Extremadura o algunas provincias de Castilla y León han mostrado un menor dinamismo, debido a una mezcla de problemas: escasez de personal técnico en los ayuntamientos, falta de digitalización, escasa información hacia los ciudadanos, y tramitaciones lentas o poco claras.
Obstáculos comunes y retos estructurales
En muchas comunidades, los procesos administrativos suponen una carga excesiva para ciudadanos y profesionales. Los expedientes se acumulan por falta de tramitadores, y las convocatorias de ayudas no siempre están acompañadas de un sistema sencillo para su solicitud. Además, la ausencia de una cultura consolidada de la rehabilitación en parte de la población frena la participación. En zonas rurales o con menor renta, el copago exigido puede convertirse en un obstáculo insalvable.
También hay dificultades en la cadena de valor: falta de mano de obra especializada, materiales más costosos por la demanda creciente, y una coordinación deficiente entre técnicos, constructores y administraciones.
Modelos replicables y soluciones compartidas
Las comunidades con mejores resultados están aplicando soluciones que podrían replicarse en otras regiones:
- Simplificación de la burocracia con ventanillas únicas de rehabilitación
- Asistencia técnica gratuita a comunidades de propietarios
- Subvenciones escalonadas según renta y grado de intervención
- Digitalización integral del proceso, con tramitaciones online y seguimiento de expedientes
- Campañas públicas de información y sensibilización
El reto cultural: hacia una visión compartida de la rehabilitación
Rehabilitar no es solo renovar fachadas o cambiar ventanas. Es una transformación integral del hábitat, que mejora la calidad de vida, reduce el consumo energético, incrementa el valor del patrimonio y refuerza el tejido social. La rehabilitación debería entenderse como un derecho colectivo y como una responsabilidad compartida entre administraciones, sector privado y ciudadanos. Construir una cultura de la rehabilitación implica cambiar mentalidades, generar confianza y demostrar que cada inversión tiene un retorno tangible.