
Alfonso Pérez Cebrian, doctor por la Universidad de Zaragoza en Ingeniería de Diseño y Fabricación, con formación en rehabilitación, patología y tecnología de la edificación. Arquitecto Técnico e Ingeniero de Edificación con experiencia en proyectos de recuperación y gestión constructiva
El Pabellón Puente, proyectado por Zaha Hadid para la Exposición Internacional de Zaragoza 2008, es una de las obras más singulares de la arquitectura contemporánea en España. Con sus formas orgánicas y su carácter híbrido entre infraestructura y edificio, se convirtió en un icono de la capital aragonesa y en uno de los ejemplos más representativos de la búsqueda formal y conceptual de la arquitecta angloiraquí.
Sin embargo, el paso del tiempo y las condiciones climáticas extremas del valle del Ebro afectaron seriamente a la construcción. Quince años después de su inauguración, el inmueble ha sido objeto de un ambicioso proceso de rehabilitación para adaptarlo a un nuevo uso: convertirse en la sede del proyecto Mobility City, el primer museo internacional dedicado a la movilidad sostenible. La actuación ha permitido reparar patologías, incorporar nuevas instalaciones y, sobre todo, cerrar y acondicionar los espacios centrales que originalmente permanecían abiertos.
Geometría singular y complejidad espacial
El Pabellón Puente se extiende a lo largo de 270 metros sobre el Ebro, apoyándose en ambas orillas y en una isla central. La estructura se organiza mediante cuatro grandes volúmenes —o pods— que se entrelazan evocando la forma de un gladiolo. Esta disposición genera un recorrido arquitectónico cambiante, en el que se alternan espacios comprimidos y expansivos, perspectivas cruzadas y vistas inesperadas hacia el río y el entorno de la Expo 2008.
Los pods 2 y 4 actúan como núcleo central y pasarela peatonal, mientras que los pods 1 y 3 se concibieron como áreas expositivas. La envolvente, perforada por miles de triángulos, producía un juego lumínico característico, a la vez que exponía el interior a la entrada de agua y al estrés térmico. Con el tiempo, los revestimientos de cartón yeso y los solados sufrieron deterioros que comprometieron la conservación del edificio.


Fotografías: Iñaki Bergera
El inicio de la intervención
La decisión de albergar Mobility City en el Pabellón Puente impulsó la necesidad de una actuación integral. Expo Zaragoza Empresarial, propietaria del edificio, elaboró una propuesta que fue aprobada por el Ayuntamiento y por el Gobierno de Aragón, dado que el inmueble está declarado Bien de Interés Cultural.
La intervención se planteó en dos líneas: la reparación de las patologías derivadas de la entrada de agua y el cerramiento completo de los pods centrales para garantizar confort y seguridad. Este cambio implicaba un gran reto: incorporar nuevas instalaciones y cumplir con la normativa vigente sin alterar la esencia arquitectónica del proyecto de Hadid.



Cerramientos y fachadas
El equipo de IDOM, responsable del proyecto y de la dirección de obra, trabajó en estrecha colaboración con Zaha Hadid Architects para asegurar la coherencia con el diseño original. El cierre de los huecos exteriores se resolvió mediante sistemas de muro cortina de acero y aluminio, acristalados con vidrios de altas prestaciones.
Se actuó sobre tres tipos de aperturas: los testeros norte y sur, los grandes huecos laterales con vistas al Ebro y los más de mil vanos triangulares de la envolvente. Cada uno de ellos requirió soluciones específicas que combinaron precisión estructural, estanqueidad y mínima alteración estética.
El resultado respeta la imagen del edificio, permitiendo que la luz natural siga filtrándose a través de los triángulos acristalados, aunque ahora con protección frente a la lluvia y el viento.


Fotografías: Iñaki Bergera
Suelos y revestimientos
Los solados presentaban distintos grados de deterioro. En los pods cerrados, bastó con reparaciones puntuales y la aplicación de resinas de acabado. En cambio, en los pods abiertos fue necesario demoler el pavimento completo y reconstruirlo con nuevas capas de mortero y sistemas continuos de resina, resistentes y flexibles.
En cuanto a los revestimientos interiores, se mantuvo el uso de cartón yeso curvado para conservar las superficies multicurvas características, acabadas con esmalte acrílico de gran elasticidad.


Instalaciones y seguridad contra incendios
Uno de los mayores desafíos fue la incorporación de nuevas instalaciones: fontanería, climatización, ventilación, iluminación, voz y datos, además de un sistema de protección contra incendios y control de humos.
La singularidad del edificio impedía cumplir estrictamente el Código Técnico de la Edificación, por lo que se optó por un diseño prestacional avalado por el estudio Efectis Ibérica. Se desarrollaron soluciones específicas como un conjunto de exutorios y extractores capaces de resistir 400 ºC durante dos horas, integrados discretamente en la fachada y la estructura.
En total se instalaron 14 unidades de este sistema, automatizado y conectado a un sistema de detección temprana. Las pruebas a escala real garantizaron su eficacia y su mínima incidencia visual.



Respeto al legado arquitectónico
El proyecto de rehabilitación ha sido ejemplar en cuanto a respeto al legado arquitectónico. Todas las soluciones constructivas buscaron continuidad con el diseño de Hadid, utilizando materiales equivalentes y replicando los detalles originales. La coordinación entre IDOM, Zaha Hadid Architects y las empresas ejecutoras fue clave para alcanzar este equilibrio entre conservación y adaptación.
Como señala el equipo técnico, “los trabajos han sido extremadamente respetuosos con el diseño y la filosofía del edificio, adoptando las soluciones existentes”. El resultado es un espacio renovado, preparado para una nueva vida útil, pero que conserva intacta la fuerza expresiva de su autora.
Mobility City: continente y contenido
Concluidas las obras, el Pabellón Puente se ha convertido en la sede de Mobility City, un proyecto de la Fundación Ibercaja que aspira a ser referente internacional en movilidad sostenible, innovación y nuevas tecnologías.
El edificio no solo acoge exposiciones y actividades, sino que se ha transformado en un símbolo de la propia movilidad: puente entre orillas, entre pasado y futuro, entre arquitectura y tecnología. La unión de continente y contenido refuerza su condición icónica, ahora renovada y proyectada hacia el siglo XXI.


Imágenes superiores: Iñaki Bergera


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