Las ventanas de PVC con material reciclado presentan los mejores resultados ambientales en todo su ciclo de vida, según un estudio de la UPC liderado por el Dr. José María Baldasano.
Reducir el impacto ambiental del parque edificatorio europeo es uno de los grandes desafíos para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. En este contexto, la selección de los materiales empleados en ventanas y cerramientos cobra un peso crucial. Una nueva revisión del análisis de ciclo de vida (ACV), realizada por el Laboratorio de Modelización Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), concluye que el uso de perfiles de PVC con un 30% de material reciclado es la opción más eficiente, tanto en consumo energético como en reducción de emisiones de CO₂.
Por su parte, el estudio “Análisis del consumo energético y la emisión de CO₂ asociados al ciclo de vida de ventanas de PVC, Aluminio y Madera mediante su ACV” de la Universidad Politécnica de Barcelona, concluye que las ventanas de PVC con un 30 % de material reciclado son las que menor consumo energético y emisiones de CO₂ generan a lo largo de su vida útil. El informe, dirigido por el Dr. José María Baldasano Recio, catedrático emérito de la UPC y referente en sistemas ambientales, analiza siete tipos de ventanas en función de su marco estructural (PVC, aluminio con o sin rotura de puente térmico, y madera), considerando una vida útil de 50 años y todas las etapas del ciclo (producción, uso, reciclaje y disposición final). La ventana de PVC reciclado se sitúa como la alternativa con menor impacto medioambiental.
En este escenario, destaca el papel de VEKA como uno de los grandes impulsores del uso de PVC reciclado en el sector. Con tres plantas de reciclaje en Alemania, Francia y Reino Unido, la compañía alemana ha conseguido incorporar de media un 45% de material reciclado en sus perfiles sin comprometer el rendimiento técnico. Este compromiso se traduce en un producto con excelente aislamiento térmico y acústico, durabilidad elevada y bajo mantenimiento, aspectos clave en la arquitectura contemporánea y en la rehabilitación energética de edificios. “El aluminio presenta una penalización considerable en la fase de producción, por su alto consumo energético en la obtención del lingote a partir de la bauxita. Por el contrario, el PVC reciclado y la madera son más eficientes en esta etapa”, apunta Baldasano. Sin embargo, el comportamiento térmico del PVC lo sitúa por delante de la madera durante la fase de uso, donde se produce el mayor gasto energético.
El estudio también analiza otras categorías de impacto ambiental, como la toxicidad humana, el agotamiento de combustibles fósiles o la ocupación del suelo, y concluye que el PVC reciclado ofrece un equilibrio muy favorable. A ello se suma que un 57% de su composición proviene de sal común, un recurso natural abundante y de bajo coste ambiental.
Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), renovar las ventanas puede suponer una reducción de hasta el 74% en el consumo energético asociado a climatización, gracias a un aislamiento más eficiente. En este sentido, VEKA se posiciona como proveedor clave para arquitectos, promotores y administraciones que apuestan por proyectos sostenibles.
La investigación de la UPC —realizada con herramientas como SimaPro y metodología ReCiPe— no solo ofrece una comparativa rigurosa entre materiales, sino que refuerza el mensaje de que los productos deben ser evaluados desde una perspectiva integral, contemplando todo su ciclo de vida. Y que la sostenibilidad no es una opción futura, sino una decisión presente y verificable, con datos, análisis y soluciones tecnológicas concretas.
