“Ya no basta con promesas verdes. Las licitaciones públicas exigen datos verificables de impacto ambiental”, afirman desde Cementos La Cruz, que opera con nuevas fábricas en Bélgica y Reino Unido.
¿Qué factores facilitan o dificultan la internacionalización del sector? Las diferencias regulatorias entre países europeos suponen un reto importante, tanto para la exportación de talento como de materiales. Sin embargo, la logística es un factor clave. En Cementos La Cruz llevamos años comercializando nuestros productos fuera, y recientemente hemos abierto una planta en Bélgica y estamos implantando otra en Reino Unido.
¿Qué papel juegan las alianzas con actores locales? Fundamental. Llevamos años colaborando con centros de investigación y organismos internacionales. Estas alianzas permiten desarrollar materiales sostenibles y afrontar retos tecnológicos desde una perspectiva compartida. La innovación en el sector solo es posible a través de la cooperación.
¿Cómo afecta la normativa europea al sector cementero? El marco regulador se ha convertido en un filtro competitivo real. Las administraciones públicas ya no aceptan simples promesas de sostenibilidad: exigen datos verificables sobre la huella de carbono en todo el ciclo de vida del producto. Las empresas que no pueden certificar con datos primarios su impacto ambiental quedan fuera de las adjudicaciones.
¿Qué sectores ofrecen más oportunidades para la expansión española? España ha demostrado un liderazgo claro en infraestructuras públicas, pero también está ganando peso en innovación de materiales, diseño sostenible y soluciones constructivas de bajo impacto ambiental. Estas áreas ofrecen gran potencial en Europa.
¿Cuál es el nivel de preparación técnica de los profesionales españoles? Contamos con perfiles técnicos altamente cualificados, pero sufrimos una carencia de mano de obra especializada en ciertos oficios de construcción. Es una paradoja que dificulta el desarrollo integral del sector.
¿Cómo está influyendo la transición ecológica y digital de la UE? Nos ha obligado a adaptarnos de forma rápida. La transformación digital y los objetivos de descarbonización han sido claves para rediseñar nuestra hoja de ruta y mejorar en agilidad y resiliencia empresarial.
¿Qué retos administrativos y culturales enfrentan las empresas españolas en Europa? Negociaciones más formales, traducción legal de pliegos, seguros, y trámites como SIPSI o Limosa pueden alargar los plazos si no se planifican con antelación. La fiscalidad y la normativa de seguridad laboral también varían mucho. Sin un socio local y una buena planificación, el impacto en la tesorería puede ser significativo.
¿Cómo ve el futuro de la internacionalización en el nuevo contexto europeo? Los fondos Next Generation se centrarán en rehabilitación energética, infraestructuras verdes y digitalización. Las empresas tendrán que integrarse en consorcios transnacionales y demostrar su impacto ambiental con análisis de ciclo de vida y gemelos digitales. Con el coste del carbono subiendo, solo los materiales de baja huella sobrevivirán. Las que ya invierten en tecnologías como CCUS o arcillas calcinadas ampliarán su cuota de mercado.