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- Desde 2009, Cataluña acumula un déficit de inversión pública en infraestructuras de más de 42.500 millones de euros. En Europa, el 70% de la inversión pública va destinada a infraestructuras, representando el 2,2% del PIB, mientras que en España no llega al 1%.
- ¿Cómo valora el estado actual de las infraestructuras en España (transporte, energía, digitalización, logística)? ¿Cuáles son, a su juicio, los principales retos de país en los próximos 5‑10 años?
- ¿Qué segmentos infraestructurales ofrecen mayor potencial de crecimiento para el sector de la construcción y la ingeniería? ¿Y cuáles están quedando fuera del foco?
- ¿Cómo evalúa la coordinación entre administraciones, sector privado y financiación (incluyendo fondos europeos)? ¿Qué mecanismos están funcionando y cuáles habría que reforzar?
- Más allá de los discursos, ¿cómo se está incorporando la sostenibilidad en el diseño, ejecución y explotación de infraestructuras? ¿Podría compartir un caso inspirador o representativo?
- Las infraestructuras ya no son solo estructuras físicas: mantenimiento predictivo, digital twins, infraestructura como servicio… ¿Cuál es su visión sobre esta transformación? ¿Qué proyectos le parecen referentes?
- En un entorno de alta inversión pública y necesidad de eficiencia, ¿cómo se está calculando y midiendo el ROI en infraestructuras? ¿Podría compartir ejemplos reales o estimaciones? ¿Qué factores lo están condicionando más?
- A raíz de las últimas iniciativas de Bruselas (como el plan para conectar capitales europeas por alta velocidad), ¿qué papel debería jugar España en el nuevo mapa europeo? ¿Estamos preparados o en riesgo de quedar fuera?
- Pensando en todos los modos —carretera, ferrocarril, puertos, aeropuertos, redes logísticas y digitales—, ¿qué ejes o áreas infraestructurales deberían ser prioritarios para mejorar la competitividad y cohesión territorial en España?
- El aumento de costes de materiales, la tramitación lenta o la falta de personal cualificado afectan a las infraestructuras. ¿Qué medidas urgentes propondría para desbloquear estos frenos?
- Si pudiera proponer tres decisiones inmediatas que mejoren las infraestructuras españolas a corto y medio plazo, ¿cuáles serían y por qué?
Desde 2009, Cataluña acumula un déficit de inversión pública en infraestructuras de más de 42.500 millones de euros. En Europa, el 70% de la inversión pública va destinada a infraestructuras, representando el 2,2% del PIB, mientras que en España no llega al 1%.
El estado actual de las infraestructuras en España es “claramente insuficiente para un país del primer mundo dentro de la Unión Europea”. En una entrevista concedida al monográfico de Construnews sobre infraestructuras, Moreno ha puesto el foco en el grave déficit acumulado desde 2009, cuando cesó la inversión estructural tras la crisis financiera.

Entrevista a Lluís Moreno presidente de la Cambra de Contractistes d’Obres de Catalunya CCOC en relación con el monográfico y entrevista coral: Infraestructuras en España: obra pública y país, las claves para no perder el tren de la competitividad
¿Cómo valora el estado actual de las infraestructuras en España (transporte, energía, digitalización, logística)? ¿Cuáles son, a su juicio, los principales retos de país en los próximos 5‑10 años?
Desde la Cambra de Contractistes d’Obres de Catalunya constatamos que el estado actual de las infraestructuras en España es claramente insuficiente para un país del primer mundo dentro de la Unión Europea. No solo hay que invertir mucho más, sino que hay que mantener en buen estado las que ya se usan. Desde 2009, último año en que hubo una inversión adecuada (debido a la mayor recaptación de impuestos por culpa de la burbuja financiera) existe un déficit de inversión en infraestructuras, valorado en Cataluña en 42.500 millones de euros. En los países europeos similares (Francia, Benelux, Alemania, Austria, etc.), el capítulo de inversión de las administraciones representa el 3,2% de su producto interior bruto, siendo el 70% de ese capítulo destinado a inversiones en Infraestructuras, es decir el 2,2% del PIB. En España no llega al 1% en porcentaje del PIB destinado a inversión en infraestructuras.
Los principales retos de país en los próximos 5-10 años se pueden agrupar en estos capítulos:
- Mejora de la movilidad por transporte público por razones de trabajo, estudios, sanidad u ocio: Es decir, mejorar el plan de cercanías de las grandes metrópolis, así como llegar a todos los núcleos de población con la red de metro, tranvía o autobús.
- Mejora de la red ferroviaria de mercancías (corredores del Mediterráneo y del Atlántico, accesos a los puertos).
- Mejora de la conectividad intercontinental con la mejora de los aeropuertos en terminales y pistas.
- Lucha contra la sequía, y también contra los fenómenos meteorológicos adversos en cuanto a hidrología. Resiliencia ante el cambio climático.
- Mejora de la seguridad en las carreteras con sistemas dinámicos 2+1 o con desdoblamientos. También falta complementar la comunicación por carretera.
- Intermodalidad: creación de centros logísticos intermodales entre carretera-ferrocarril-barco como paso previo al fomento del objetivo net-50.
- Mejora de las redes eléctricas, de comunicación (fibra óptica), de agua potable, así como la actualización de la cobertura 6G satelital.
¿Qué segmentos infraestructurales ofrecen mayor potencial de crecimiento para el sector de la construcción y la ingeniería? ¿Y cuáles están quedando fuera del foco?
La construcción y la ingeniería tienen como misión responder a las necesidades de la sociedad. Hoy, dada la magnitud del déficit acumulado, prácticamente todos los segmentos requieren actuación. La obra civil, altamente tecnificada, consume además menos mano de obra que la edificación, lo que obliga a seguir impulsando su modernización.
¿Cómo evalúa la coordinación entre administraciones, sector privado y financiación (incluyendo fondos europeos)? ¿Qué mecanismos están funcionando y cuáles habría que reforzar?
La coordinación progresa, pero debería mejorar mediante planes sinceros de colaboración público-privada. Las concesiones —que en muchos casos han acelerado el bienestar de la sociedad— han sido demonizadas por sectores con fuerte cuota de poder en las últimas décadas. Es necesario recuperar la pedagogía sobre las ventajas del modelo concesional para mejorar el servicio al ciudadano.
Habría que reforzar principios que se están extendiendo por Europa, como el pago por uso, que necesariamente conlleva modelos concesionales. Un buen ejemplo es la inversión en aeropuertos -financiada mediante tasas aeroportuarias- frente al mantenimiento de autovías y autopistas sin peaje, que pagamos todos, las usemos o no.
Más allá de los discursos, ¿cómo se está incorporando la sostenibilidad en el diseño, ejecución y explotación de infraestructuras? ¿Podría compartir un caso inspirador o representativo?
La incorporación del concepto de sostenibilidad en las infraestructuras pasa por la elección más pensada de los materiales. Sabemos que el cemento es uno de los materiales más generadores de CO₂ en la atmósfera (el 8% de las emisiones mundiales provienen del cemento), no obstante, el hormigón es imbatible en la optimización de calidad/coste/plazo de la construcción de las infraestructuras. He aquí una paradoja difícil de solucionar.
Una figura inspiradora de un diseño, ejecución y explotación de una infraestructura es el Estudio/Documento de Impacto Ambiental (DIA). Ya no solo se trata pensar en qué arbolitos plantamos alrededor del puente que proyectamos si no pensamos en que vamos a hacer de los materiales una vez acabe la vida útil del puente, pasando por el estudio del bienestar del ciudadano, tanto si utiliza el puente como si lo divisa desde su hogar. Estos últimos años se han visto DIAs muy imaginativos e inspiradores que revolucionan el diseño de las infraestructuras, así como su construcción y explotación.
Las infraestructuras ya no son solo estructuras físicas: mantenimiento predictivo, digital twins, infraestructura como servicio… ¿Cuál es su visión sobre esta transformación? ¿Qué proyectos le parecen referentes?
Las infraestructuras existen para dar servicio a una necesidad de la sociedad: no son solo elementos físicos. Son fruto de una planificación optimizada en costes y plazos, incluyendo su mantenimiento y explotación, y deben adaptarse a un contexto en el que los ingresos públicos son limitados.
Un proyecto referente como concepto global de infraestructura es la red de alta velocidad ferroviaria española (AVE), una única infraestructura que conecta todas las capitales de provincia. Es un modelo de éxito que ha posicionado a España como la segunda potencia mundial en alta velocidad, y su “concepto” se exporta ya a países como Arabia Saudí o Canadá.
En un entorno de alta inversión pública y necesidad de eficiencia, ¿cómo se está calculando y midiendo el ROI en infraestructuras? ¿Podría compartir ejemplos reales o estimaciones? ¿Qué factores lo están condicionando más?
El retorno de la inversión en infraestructuras se calcula mediante métodos más o menos sofisticados para medir cosas a veces poco tangibles. Es común utilizar en el cálculo de retorno los elementos que benefician a la sociedad en general, como son:
- Ahorro de tiempo (en desplazamientos de trabajo, estudios, sanitarios u ocio).
- Ahorro de energía (por ejemplo, sustituyendo coche por ferrocarril).
- Ahorro de emisiones de CO₂ y otros gases contaminantes.
- Ahorro de accidentes (por mejora de la seguridad de su uso)
- Ahorro económico por estrés (restricción de agua, apagones, etc.).
- Incluso ahorro de pérdidas humanas evitables por desastres naturales.
Por lo normal, una inversión en una infraestructura debería tener un período de retorno de máximo 30 años medido por la suma de los ahorros antes descritos, pero hay infraestructuras que pueden amortizarse en mucho menos tiempo, algunas en no más de 10 años quedan amortizadas.
Un ejemplo claro es la prolongación de las líneas de la red de Metro en algunas ciudades, son obras civiles incluidas en el concepto de la infraestructura general (el Metro) que no precisan de complementos (no necesariamente habrá que construir más talleres o cocheras, ni siquiera habrá que comprar muchos trenes) y si conectan con núcleos de población de alta densidad y huérfanos de la red de Metro, su período de retorno sale a 10 años o menos, con los ahorros descritos.
A raíz de las últimas iniciativas de Bruselas (como el plan para conectar capitales europeas por alta velocidad), ¿qué papel debería jugar España en el nuevo mapa europeo? ¿Estamos preparados o en riesgo de quedar fuera?
En el diseño y planificación de infraestructuras, España ha desarrollado talento de primer nivel que hoy brilla en todo el mundo, tanto en el ámbito público como en el privado.
Al contrario de quedar fuera, sería poco inteligente no contar con la experiencia de Adif en el diseño de la alta velocidad europea.
Pensando en todos los modos —carretera, ferrocarril, puertos, aeropuertos, redes logísticas y digitales—, ¿qué ejes o áreas infraestructurales deberían ser prioritarios para mejorar la competitividad y cohesión territorial en España?
Todas son necesarias y deben abordarse con equilibrio y visión de servicio al ciudadano. No es concebible disponer de la mejor cobertura móvil si no hay un hospital cercano o una buena conexión por carretera para llegar a él. Hay que equilibrar movilidad, seguridad, accesibilidad, suministro y prevención de catástrofes: todos los elementos que conforman la calidad de vida de los ciudadanos.
El aumento de costes de materiales, la tramitación lenta o la falta de personal cualificado afectan a las infraestructuras. ¿Qué medidas urgentes propondría para desbloquear estos frenos?
Las claves son adaptación, promoción y modernización:
- Adaptar las licitaciones a efectos imprevisibles como la variación de precios de materias primas, eliminando la Ley de Desindexación de 2015 y garantizando revisiones de precios justas.
- Promover la atracción de talento hacia el sector: talento femenino, jóvenes (desde los 16 años) y facilitar el arraigo de personas migrantes.
- Modernizar mediante digitalización y tecnificación, impulsando también la construcción industrializada en obra civil.
Si pudiera proponer tres decisiones inmediatas que mejoren las infraestructuras españolas a corto y medio plazo, ¿cuáles serían y por qué?
- Invertir de forma decidida en la red de cercanías de las grandes metrópolis (Madrid, Barcelona, Valencia, etc.), clave para los desplazamientos laborales y para mejorar el ánimo de la población.
- Cambiar el concepto de planificación incorporando la resiliencia: no basta con mitigar el cambio climático, hay que ser resilientes a él.
- Adaptar las infraestructuras a la nueva era digital y generativa, garantizando una red de servidores con suficiente energía y agua, y asegurando la accesibilidad de la IA para todos los ciudadanos.











