La inteligencia artificial se abre paso en la construcción con soluciones concretas y humanas
“Nos diferenciamos porque no vendemos software, ofrecemos soluciones reales adaptadas al día a día de las empresas”

Entrevistamos a Laurentiu Gancear, fundador de Excelsius Media, quien apuesta por llevar herramientas de inteligencia artificial a constructoras, estudios de arquitectura y pymes del sector, con una visión que combina tecnología, empatía y especialización.
Una conversación sobre IA, formación profesional y cómo recuperar el tiempo: Desde asistentes virtuales personalizados hasta automatización de presupuestos y procesos internos, Excelsius Media ofrece soluciones de inteligencia artificial diseñadas específicamente para el sector de la construcción. Fundada por Laurentiu Gancear, esta empresa emergente se centra en entender las necesidades reales de constructoras, estudios de arquitectura e inmobiliarias, ofreciendo herramientas accesibles y aplicables que ahorran tiempo, optimizan recursos y permiten tomar mejores decisiones.
¿Cómo llegas desde ADE y Relaciones Laborales a fundar una empresa de IA centrada en construcción?
Siempre estuve vinculado de alguna manera al mundo de la construcción. Aunque mi formación académica fue en Administración y Dirección de Empresas y Relaciones Laborales, el entorno familiar, con muchos años en el sector, hizo que entendiera desde muy joven cómo funciona una obra, una promotora, un proveedor. Eso me permitió desarrollar una sensibilidad real hacia los problemas estructurales que arrastra la industria. Tras pasar por el e-commerce y la creación de contenido, entendí que la inteligencia artificial no era solo una moda, sino una herramienta poderosa si se aplicaba con criterio. Y vi que en la construcción había un hueco enorme: muchas empresas aún operaban con dinámicas de hace 20 años. Ahí decidí crear Excelsius Media.
“Nuestro valor está en conocer el sector y adaptar la tecnología al ritmo real de la construcción”
¿Cómo perciben la IA tus clientes del sector?
Hay un espectro muy amplio de percepciones. Por un lado, están quienes sienten curiosidad, pero no terminan de comprender cómo puede aplicarse la IA a su día a día. Y por otro, encontramos perfiles que tienen una mentalidad muy abierta, que entienden que estamos ante una revolución y quieren ser parte de ella desde el principio. Lo que hacemos es escuchar, explicar sin tecnicismos y mostrar valor real. Por ejemplo, cuando una constructora ve que puede ahorrar semanas en la elaboración de presupuestos o que un asistente virtual puede filtrar decenas de leads diarios sin intervención humana, el interés cambia radicalmente. El reto es traducir la promesa tecnológica en soluciones reales y mensurables.
¿Qué servicios ofrecéis?
En esencia, queremos ser aliados estratégicos, no simples desarrolladores. Cada empresa tiene su casuística: no es lo mismo una inmobiliaria que un estudio de arquitectura o una constructora de obra pública. Por eso adaptamos cada solución a su necesidad específica. Nuestros servicios abarcan desde herramientas de predicción de costes y generación automatizada de presupuestos hasta sistemas de atención al cliente con IA que operan 24/7. También trabajamos en la mejora de la comunicación interna de los proyectos, que suele ser uno de los grandes talones de Aquiles del sector. Un buen flujo de información entre dirección de obra, proveedores y clientes evita errores, retrabajos y frustraciones.
¿Qué diferencia tu propuesta de otras soluciones de software?
Nuestra diferencia es el enfoque. No partimos del producto, sino del problema. Muchos desarrolladores venden soluciones cerradas que las empresas deben adaptar a su operativa. Nosotros hacemos lo contrario: adaptamos la tecnología al cliente. Sabemos cómo es el ritmo de una obra, lo que pasa en el día a día. Por eso nuestras soluciones están pensadas para ser útiles desde el primer día, sin grandes curvas de aprendizaje ni necesidad de implantar sistemas complejos. Además, no obligamos a contratar grandes paquetes: muchas veces basta con una herramienta puntual, bien implementada, para generar un gran cambio.
¿Qué retos encontraste al comunicar todo esto?
El mayor reto fue traducir conceptos técnicos en propuestas comprensibles. Al principio, invertimos tiempo y recursos en correos, llamadas en frío y presentaciones que no generaban resultados. Nos dimos cuenta de que estábamos hablando de IA como si nuestro cliente fuera un ingeniero de datos, y eso no funcionaba. Entonces dimos un giro: comenzamos a hablar de ahorro de tiempo, de eficiencia, de resolución de problemas concretos como el descontrol de presupuestos o la saturación en atención al cliente. Fue un proceso de ensayo y error, pero nos ayudó a encontrar un lenguaje común con el sector.
¿Y qué visión tienes a medio plazo?
A día de hoy, el potencial de la IA en construcción apenas ha comenzado a explorarse. Nuestra visión es construir herramientas que no solo resuelvan procesos técnicos, sino que devuelvan tiempo al empresario, al técnico, al jefe de obra. En muchas empresas se vive con una carga de tareas administrativas desproporcionada. Si logramos que ese tiempo vuelva a las personas —para innovar, para liderar, para vivir— entonces estaremos cumpliendo nuestra misión. Queremos que la empresa sea sinónimo de mejora real, no de complicación tecnológica.
Durante la entrevista se abordaron también temas sociales, como la visión sesgada de la FP. ¿Cuál es tu postura?
Totalmente crítica. Creo que durante años nos han vendido un modelo donde solo valía el título universitario. Pero cuando salimos al mercado, vemos una realidad diferente. Hay oficios técnicos que no solo tienen una demanda creciente, sino que aportan valor inmediato. El problema es que no se dignifican. Se les presenta como «plan B», cuando en realidad son pilares del tejido económico y social. Y, además, son menos susceptibles de ser automatizados. Tenemos que cambiar la narrativa educativa cuanto antes.
¿La IA no amenaza esos trabajos?
Al contrario. La IA está eliminando tareas repetitivas y analíticas en sectores como el legal, el financiero o el editorial. Pero no reemplaza la creatividad manual, la presencia física, la experiencia en obra. Lo que vemos es que los oficios manuales están cobrando un valor renovado. Por eso animamos a los jóvenes a considerar seriamente la formación profesional. Es donde están las oportunidades reales.
“El reto no es técnico, es comunicativo: traducir lo que hacemos en beneficios tangibles para el cliente”
Desde Construnews creemos que esta propuesta es interesante y relevante, por eso hemos querido publicarla. Sin embargo, también creemos que es importante poner sobre la mesa una cuestión ética: vivimos un momento en el que las redes sociales y los motores de búsqueda amplifican de forma masiva contenidos vinculados a temáticas emergentes como la inteligencia artificial. Eso genera visibilidad, atención y tráfico, pero no siempre se traduce en oportunidades reales ni en una consolidación de proyectos o empleos sostenibles. La inquietud existe, la necesidad también. Pero sin apoyo, sin inversión y sin apertura a nuevas propuestas, es difícil que los proyectos innovadores puedan prosperar.
La inteligencia artificial no es una promesa vacía. Es un campo inmenso, con capacidad de transformar sectores enteros. Pero también requiere tiempo, experimentación y confianza. Hay muchos profesionales como Laurentiu Gancear que están trabajando con convicción para aportar valor real. Con el tiempo, veremos quiénes logran consolidar soluciones que de verdad mejoren la forma en que construimos.
Otros artículos publicados en Construnews