Contenidos
- “Queremos que las Administraciones nos vean como aliados estratégicos, no como meros proveedores”
- ¿Cómo valora el estado actual de las infraestructuras en España (transporte, energía, digitalización, logística)? ¿Cuáles son, a su juicio, los principales retos de país en los próximos 5‑10 años?
- ¿Qué segmentos infraestructurales ofrecen mayor potencial de crecimiento para el sector de la construcción y la ingeniería? ¿Y cuáles están quedando fuera del foco?
- ¿Cómo evalúa la coordinación entre administraciones, sector privado y financiación (incluyendo fondos europeos)? ¿Qué mecanismos están funcionando y cuáles habría que reforzar?
- Más allá de los discursos, ¿cómo se está incorporando la sostenibilidad en el diseño, ejecución y explotación de infraestructuras? ¿Podría compartir un caso inspirador o representativo?
- Las infraestructuras ya no son solo estructuras físicas: mantenimiento predictivo, digital twins, infraestructura como servicio… ¿Cuál es su visión sobre esta transformación? ¿Qué proyectos le parecen referentes?
- En un entorno de alta inversión pública y necesidad de eficiencia, ¿cómo se está calculando y midiendo el ROI en infraestructuras? ¿Podría compartir ejemplos reales o estimaciones? ¿Qué factores lo están condicionando más?
- A raíz de las últimas iniciativas de Bruselas (como el plan para conectar capitales europeas por alta velocidad), ¿qué papel debería jugar España en el nuevo mapa europeo? ¿Estamos preparados o en riesgo de quedar fuera?
- Pensando en todos los modos —carretera, ferrocarril, puertos, aeropuertos, redes logísticas y digitales—, ¿qué ejes o áreas infraestructurales deberían ser prioritarios para mejorar la competitividad y cohesión territorial en España?
- El aumento de costes de materiales, la tramitación lenta o la falta de personal cualificado afectan a las infraestructuras. ¿Qué medidas urgentes propondría para desbloquear estos frenos?
- Si pudiera proponer tres decisiones inmediatas que mejoren las infraestructuras españolas a corto y medio plazo, ¿cuáles serían y por qué?
“Queremos que las Administraciones nos vean como aliados estratégicos, no como meros proveedores”

Entrevista a Joan Franco, presidente de TECNIBERIA, asociación española de empresas de ingeniería, consultoría y servicios tecnológicos, en relación con el monográfico y entrevista coral: Infraestructuras en España: obra pública y país, las claves para no perder el tren de la competitividad
¿Cómo valora el estado actual de las infraestructuras en España (transporte, energía, digitalización, logística)? ¿Cuáles son, a su juicio, los principales retos de país en los próximos 5‑10 años?
España cuenta con una de las redes de infraestructuras de transporte más desarrolladas de Europa. La red de alta velocidad ferroviaria es la segunda más extensa del mundo, solo por detrás de China, y conecta la mayoría de las grandes ciudades del país. Además, la red de autopistas y autovías es moderna y extensa, facilitando la movilidad tanto de personas como de mercancías. Los puertos españoles, especialmente los de Valencia, Barcelona y Algeciras, son referentes en el tráfico marítimo internacional.
Por su parte, el sector energético español ha avanzado significativamente en la transición hacia energías renovables, con una notable cuota de generación eólica y solar. España es líder en energía eólica en Europa y ha incrementado la presencia de fuentes limpias en su mix energético. En términos de digitalización, España se sitúa en una posición avanzada respecto a la media europea. La cobertura de banda ancha y fibra óptica es de las más elevadas de Europa, y el despliegue del 5G avanza a buen ritmo. El sector logístico español es competitivo gracias a su posición geoestratégica como puerta de entrada a Europa desde África y América Latina. La modernización de puertos y centros logísticos ha mejorado la eficiencia, pero aún existen cuellos de botella en la intermodalidad y la última milla, así como desafíos en la sostenibilidad del transporte de mercancías.
En cuanto a los retos para los próximos 5‑10 años, algunos de los principales serían los siguientes:
- Adaptar las infraestructuras a los objetivos de reducción de emisiones, incrementando la eficiencia energética y promoviendo la movilidad sostenible.
- Garantizar que la transformación digital llegue a todo el territorio, reduciendo la brecha digital y fomentando la capacitación tecnológica en todos los sectores y edades.
- Renovar y adaptar las infraestructuras existentes para hacerlas más resilientes ante fenómenos climáticos extremos y ciberataques.
- Abordar las desigualdades entre regiones, asegurando que las zonas rurales y menos desarrolladas dispongan de infraestructuras modernas y competitivas.
¿Qué segmentos infraestructurales ofrecen mayor potencial de crecimiento para el sector de la construcción y la ingeniería? ¿Y cuáles están quedando fuera del foco?
En el sector de la construcción y la ingeniería, los segmentos infraestructurales que actualmente ofrecen mayor potencial de crecimiento están relacionados principalmente con la sostenibilidad, la digitalización y la adaptación a nuevas necesidades urbanas y energéticas. Los principales son las infraestructuras de ingeniería civil, especialmente en el ámbito de la movilidad; energía renovable; la gestión del agua y resiliencia climática; las infraestructuras de transporte sostenible; la edificación verde y rehabilitación energética, y la infraestructura digital y de telecomunicaciones.
Por otro lado, existen segmentos infraestructurales que están quedando fuera del foco principal de inversión y desarrollo, ya sea por saturación del mercado, cambios en las prioridades políticas o limitaciones presupuestarias. Algunos de estos segmentos son la infraestructura de carreteras convencionales; las obras hidráulicas convencionales; las infraestructuras aeroportuarias, o las infraestructuras industriales pesadas.
“España cuenta con una de las redes de infraestructuras más potentes de Europa, pero necesita modernizarlas con criterios de sostenibilidad, digitalización y resiliencia”
¿Cómo evalúa la coordinación entre administraciones, sector privado y financiación (incluyendo fondos europeos)? ¿Qué mecanismos están funcionando y cuáles habría que reforzar?
La coordinación entre administraciones públicas (locales, autonómicas y estatales), el sector privado y los mecanismos de financiación, incluidos los fondos europeos, ha experimentado avances reseñables en los últimos años. Destacan iniciativas conjuntas que han permitido aunar esfuerzos en la ejecución de proyectos estratégicos, especialmente en ámbitos como la digitalización, la sostenibilidad y la innovación. En muchos casos, se han creado mesas de trabajo, consorcios y plataformas de colaboración público-privada que facilitan el intercambio de información y la definición de objetivos comunes. Asimismo, la existencia de oficinas técnicas para la gestión de fondos europeos ha contribuido a mejorar la planificación y el seguimiento de las inversiones.
No obstante, en TECNIBERIA creemos que es necesario seguir avanzando hacia una mayor integración, simplificación administrativa y participación de todos los agentes, con el fin de optimizar los recursos y maximizar el impacto de las inversiones. A nosotros nos gusta decir que queremos que las Administraciones Públicas nos vean como sus aliados.
Más allá de los discursos, ¿cómo se está incorporando la sostenibilidad en el diseño, ejecución y explotación de infraestructuras? ¿Podría compartir un caso inspirador o representativo?
La sostenibilidad en el ámbito de las infraestructuras ha evolucionado de ser un mero concepto teórico o discursivo, a convertirse en un eje transversal que guía el diseño, la ejecución y la explotación de proyectos. Actualmente, se abordan los retos ambientales, sociales y económicos desde el inicio de la planificación de cualquier proyecto, aplicando criterios que buscan minimizar el impacto negativo y maximizar los beneficios para las comunidades y el entorno.
En la fase de diseño, se incorporan materiales de bajo impacto ambiental, soluciones de eficiencia energética y estrategias de economía circular. Se priorizan sistemas de construcción modular, la utilización de energías renovables y la integración de espacios verdes que favorezcan la biodiversidad. Además, se analiza el ciclo de vida de la infraestructura para reducir emisiones de CO₂ y consumos de recursos. Durante la construcción, las empresas implementan prácticas responsables como la gestión eficiente de residuos, la reducción de la huella hídrica y la optimización en el transporte de materiales. Se fomenta la contratación local y la formación de trabajadores en buenas prácticas ambientales y de seguridad, promoviendo así un impacto social positivo.
Muchos de los proyectos desarrollados por las empresas asociadas a TECNIBERIA son un claro ejemplo de cómo la sostenibilidad es eje central de actuación, por ejemplo, el asesoramiento que algunas firmas brindan en la construcción de grandes proyectos hidroeléctricos que facilitan el almacenamiento y equilibrio de la energía renovable, desarrollando soluciones innovadoras y consolidando su liderazgo en ingeniería sostenible y tecnológica ambiental aplicada.
Las infraestructuras ya no son solo estructuras físicas: mantenimiento predictivo, digital twins, infraestructura como servicio… ¿Cuál es su visión sobre esta transformación? ¿Qué proyectos le parecen referentes?
En la actualidad, las infraestructuras han dejado de ser meras estructuras físicas y están evolucionando hacia sistemas inteligentes, interconectados y digitalizados. Este cambio responde a la necesidad de optimizar la gestión, reducir costes, mejorar la sostenibilidad y aumentar la resiliencia frente a los desafíos actuales y futuros. La integración de tecnologías como el mantenimiento predictivo, los gemelos digitales (digital twins) y la infraestructura como servicio (IaaS) está revolucionando el sector. Por ejemplo, los gemelos digitales -de gran utilidad en los proyectos de ingeniería- aportan una réplica virtual de la infraestructura física, facilitando la simulación, el análisis y la mejora continua de los activos.
Esta transformación no solo implica la adopción de nuevas tecnologías, sino también un cambio en la mentalidad organizativa y en los modelos de negocio de las empresas. Las infraestructuras pasan a ser ecosistemas vivos, capaces de adaptarse y evolucionar gracias a la inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT) y el análisis avanzado de datos.
Los proyectos en los que se aplican gemelos digitales son muy variados, solo por mencionar algunos, podemos hablar de la aplicación a la gestión de activos, en concreto a la gestión integral del edificio con foco en la eficiencia energética, la gestión del ciclo de vida de las infraestructuras o la de la propia red eléctrica, para logística y operaciones portuarias reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero o su aplicación en túneles donde ya hay aplicaciones para generar el gemelo digital antes de poner el túnel en funcionamiento de forma que la puesta en marcha y la operación posterior son más rápidas y seguras.
En un entorno de alta inversión pública y necesidad de eficiencia, ¿cómo se está calculando y midiendo el ROI en infraestructuras? ¿Podría compartir ejemplos reales o estimaciones? ¿Qué factores lo están condicionando más?
En un contexto de alta inversión pública y una creciente demanda de eficiencia, la medición del Retorno de la Inversión (ROI) en infraestructuras se ha convertido en una herramienta esencial para la toma de decisiones y la justificación del gasto público. El ROI permite evaluar la rentabilidad de los proyectos y su impacto tanto económico como social.
El cálculo del ROI en infraestructuras públicas suele ir más allá de una simple comparación entre el coste de inversión y los ingresos directos generados. Dado que muchas infraestructuras (carreteras, hospitales, escuelas, transporte público, etc.) producen beneficios indirectos y externalidades positivas, el análisis debe ser más holístico. Si bien existen metodologías estandarizadas, la clave está en adaptar los análisis a las características de cada proyecto y en considerar tanto los retornos directos como los indirectos. La transparencia y la justificación basada en datos son fundamentales para garantizar la eficiencia y la sostenibilidad de las inversiones públicas.
Un ejemplo muy utilizado para el cálculo del ROI lo tenemos en España en el AVE (Alta Velocidad Ferroviaria), que se ha calculado no solo en función de los ingresos por billetes, sino también considerando el ahorro de tiempo para los usuarios, la reducción de emisiones de CO2 y el desarrollo económico de las regiones conectadas. Según estimaciones del Ministerio de Transportes, por cada euro invertido en AVE, se han generado entre 1,2 y 1,6 euros en beneficios socioeconómicos a largo plazo.
Entre los factores que más condicionan el ROI en infraestructuras podemos citar estos: El ROI en infraestructuras suele ser a largo plazo, con retornos que pueden tardar décadas en materializarse; la inclusión o exclusión de beneficios indirectos (ambientales, sociales, económicos); los costes de mantenimiento y operación -un error común es subestimar estos costes, que a medio y largo plazo pueden reducir la rentabilidad esperada; factores como el crecimiento poblacional, la urbanización, la movilidad y la coyuntura económica inciden directamente en la utilización y rentabilidad de las infraestructuras; y, por último, la adopción de tecnologías sostenibles y la adaptación al cambio climático pueden incrementar los costes iniciales, pero también mejorar el ROI a largo plazo.
A raíz de las últimas iniciativas de Bruselas (como el plan para conectar capitales europeas por alta velocidad), ¿qué papel debería jugar España en el nuevo mapa europeo? ¿Estamos preparados o en riesgo de quedar fuera?
El plan de la UE para conectar las capitales europeas mediante trenes de alta velocidad, suponen una transformación profunda en la movilidad del continente. Este proyecto estratégico busca impulsar la sostenibilidad, la integración y la competitividad europea, promoviendo alternativas eficientes al transporte aéreo y por carretera. El propósito es reducir las emisiones de carbono, fomentar la cohesión territorial y facilitar la movilidad de ciudadanos y mercancías. Estas acciones forman parte del Pacto Verde Europeo y del programa de movilidad sostenible, que priorizan el ferrocarril como eje vertebrador del transporte del futuro en Europa.
Como decíamos antes, España cuenta con una de las mayores redes de alta velocidad del mundo, solo superada por China, lo que posiciona al país como un referente en materia de infraestructuras ferroviarias modernas y eficientes. En este contexto, España debería aspirar a desempeñar un papel protagonista en el nuevo mapa europeo. Su experiencia, tecnología y red existente son activos clave para convertirse en un nodo principal de la movilidad continental, especialmente en la conexión entre la Península Ibérica y el resto de Europa a través de los Pirineos.
A pesar de la sólida base de infraestructuras, existen retos significativos que pueden poner en riesgo la integración plena de España en el sistema ferroviario europeo. El principal es la conexión transfronteriza. El principal cuello de botella sigue siendo la conexión con Francia, especialmente el paso por los Pirineos. Actualmente, solo existe una línea directa de alta velocidad entre Barcelona y París. Mejorar y ampliar estas conexiones es esencial para garantizar la integración española en los corredores europeos. Pero hay otros riesgos como los de carácter técnico: el ancho de vía ibérico es diferente del estándar europeo, lo que dificulta la interoperabilidad.
Pensando en todos los modos —carretera, ferrocarril, puertos, aeropuertos, redes logísticas y digitales—, ¿qué ejes o áreas infraestructurales deberían ser prioritarios para mejorar la competitividad y cohesión territorial en España?
La mejora de la competitividad y la cohesión territorial en España depende en gran medida del desarrollo equilibrado y eficiente de sus infraestructuras. Es esencial identificar los ejes y áreas prioritarios que permitan conectar mejor el territorio, reducir las desigualdades regionales y potenciar el crecimiento económico sostenible.
A nuestro juicio, estas serían algunas de las infraestructuras que deberían ser prioritarias. En carreteras, completar los grandes corredores transversales (por ejemplo, la A-40, A-66 y A-21) para mejorar los enlaces entre el interior peninsular y las zonas costeras, y mejorar la red secundaria y de acceso a zonas rurales para evitar la despoblación y facilitar el acceso a servicios básicos. En ferrocarril, impulsar los grandes corredores de alta velocidad (Corredor Mediterráneo, Corredor Atlántico y conexiones transversales) para reducir los tiempos de viaje y conectar ciudades medias, desarrollar la red de mercancías, y mejorar la conexión ferroviaria con Portugal y Francia para fortalecer la integración europea. En la red portuaria, invertir en la modernización y ampliación de infraestructuras portuarias para asumir mayores volúmenes de tráfico.
En cuanto a los aeropuertos, reforzar la conectividad internacional de los principales aeropuertos (Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat, Málaga, Alicante) para atraer inversiones y turismo de calidad, y mejorar la oferta de vuelos regionales y conexiones interinsulares. En redes logísticas sería necesario
desarrollar corredores logísticos multimodales que conecten puertos, aeropuertos y centros productivos, así como potenciar las Zonas de Actividad Logística (ZAL) en áreas estratégicas como Madrid, Valencia, Zaragoza y Sevilla.
Por último, la digitalización es el gran motor de la competitividad y la cohesión del siglo XXI. Por ello, es fundamental garantizar la cobertura de banda ancha ultrarrápida en todo el territorio, incluyendo zonas rurales y despobladas, y desarrollar infraestructuras de telecomunicaciones 5G y fomentar la digitalización industrial y de servicios públicos.
“La inversión en infraestructuras ya no puede medirse solo en costes: hay que valorar el impacto social, ambiental y el retorno a largo plazo”
El aumento de costes de materiales, la tramitación lenta o la falta de personal cualificado afectan a las infraestructuras. ¿Qué medidas urgentes propondría para desbloquear estos frenos?
El desarrollo y mantenimiento de infraestructuras es fundamental para el progreso económico y social. Sin embargo, el sector se enfrenta a desafíos significativos como el aumento de costes de materiales, la lentitud en la tramitación administrativa y la escasez de personal cualificado.
Para mitigar estos impactos sería necesario adoptar algunas medidas como impulsar la colaboración entre entidades públicas y privadas para realizar compras conjuntas, logrando mejores precios y condiciones de suministro o promover el uso de materiales alternativos y reciclados. Y, una cuestión que afecta muy directamente a las ingenierías: permitir la revisión rápida de precios en contratos públicos para adaptarse a las fluctuaciones del mercado.
Otras medidas de carácter prioritario que se podrían adoptar son la implementación de plataformas electrónicas para la gestión de permisos, licencias y trámites, reduciendo los plazos y aumentando la transparencia, o centralizar la tramitación de proyectos en un único punto de contacto para evitar duplicidades y agilizar la resolución de expedientes. En cuanto a la falta de personal cualificado -un problema que empieza a ser acuciante en las ingenierías-, se debería apostar por desarrollar cursos acelerados y certificaciones específicas en colaboración con centros educativos y empresas, y, sobre todo, por mejorar las condiciones laborales de nuestros profesionales, ofreciendo salarios competitivos y condiciones atractivas para retener y atraer personal cualificado, de forma que los jóvenes vuelvan a mirar al sector como una opción atractiva de carrera profesional.
Si pudiera proponer tres decisiones inmediatas que mejoren las infraestructuras españolas a corto y medio plazo, ¿cuáles serían y por qué?
La mejora de las infraestructuras es fundamental para el desarrollo económico, social y ambiental de España. Si tuviéramos que elegir tres decisiones, estas serían:
– Inversión en infraestructuras hidráulicas. España se enfrenta a retos crecientes de escasez de agua y sequías recurrentes por impacto del cambio climático. Priorizar la modernización de redes de abastecimiento, mejora de presas, sistemas de reutilización y canalizaciones, así como la digitalización del control de recursos hídricos, ayudaría a garantizar el suministro y reducir pérdidas. Esta medida es clave para la seguridad hídrica de la población y la agricultura, además de favorecer la adaptación al cambio climático.
– Digitalización y modernización de las redes de transporte mediante la implantación de tecnologías inteligentes que permitiría optimizar los flujos, reducir los atascos y mejorar la seguridad.
– Impulso a la rehabilitación energética de edificios públicos y privados que permitan reducir el consumo energético y las emisiones de CO₂ y mejorar el confort de usuarios. Potenciar el uso del hidrógeno verde como palanca fundamental en la descarbonización de la economía.
Estas tres medidas, como otras en la misma línea, podrían transformar las infraestructuras españolas en el corto y medio plazo, impulsando la competitividad, la sostenibilidad y el bienestar social.
“Necesitamos infraestructuras que piensen en el futuro: hidrógeno verde, gemelos digitales, redes 5G y gestión del agua con inteligencia artificial”











