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El 2 de septiembre, la Federación Europea de la Industria de la Construcción (FIEC) participó en Bruselas en la reunión de la Coalición Europea para la Resiliencia del Agua, presidida por el Comisionado Europeo de Energía y Vivienda, Dan Jørgensen. El encuentro puso de relieve la necesidad de situar el agua en el centro de las políticas de transición ecológica y digital, reconociendo al sector de la construcción como un actor clave para garantizar la seguridad hídrica en Europa.
Agua, energía y vivienda: un triángulo estratégico
Durante la reunión, se destacó la estrecha relación entre agua, energía y vivienda. El suministro de agua es indispensable para la producción energética, mientras que la vivienda depende de infraestructuras resilientes para garantizar calidad de vida y servicios básicos. En este contexto, el sector de la construcción desempeña un papel fundamental no solo en la construcción de nuevas infraestructuras, sino también en la rehabilitación, mantenimiento y adaptación de las ya existentes.
Según datos compartidos en el encuentro, las centrales eléctricas de refrigeración representan un 32 % del consumo total de agua en Europa, lo que incrementa la presión sobre recursos hídricos limitados y acentúa la interdependencia entre agua y energía. Además, se puso de relieve que las redes de distribución pierden alrededor del 23 % del agua tratada, lo que supone un despilfarro de recursos, energía y emisiones asociadas al bombeo y tratamiento.
Déficit de inversión y retos financieros
El debate también subrayó un problema estructural: el déficit de inversión en infraestructuras hídricas. Para alcanzar los objetivos de la legislación europea vigente, se calcula que faltan 23.000 millones de euros anuales, equivalentes al 0,1 % del PIB de la UE. En contraste, la inversión actual en agua ronda los 55.000 millones de euros al año, cifra insuficiente para cubrir necesidades crecientes de modernización, mantenimiento y resiliencia frente a los efectos del cambio climático.
Este desfase compromete no solo la calidad del servicio público, sino también la competitividad de la economía europea, ya que el agua es esencial para la actividad industrial, agrícola y urbana. FIEC alertó de que sin un plan de inversión sostenido y estable, los sistemas hídricos europeos seguirán expuestos a episodios de sequía, inundaciones y fallos estructurales.
El papel del sector de la construcción
La intervención de FIEC en la reunión remarcó que la construcción no debe entenderse únicamente como ejecutora de proyectos, sino como socio estratégico en la consecución de la resiliencia hídrica. Entre las aportaciones destacadas:
- Mantenimiento y reparación de redes hídricas obsoletas, reduciendo pérdidas y mejorando eficiencia.
- Construcción de nuevas infraestructuras adaptadas a escenarios de cambio climático, incluyendo embalses, presas, plantas de tratamiento y sistemas de distribución inteligentes.
- Aplicación de tecnologías digitales como sensores IoT y gemelos digitales para monitorizar fugas, consumo y estado de las infraestructuras.
- Uso de materiales sostenibles y procesos constructivos de bajo impacto ambiental.
- Colaboración con administraciones en la planificación estratégica de inversiones a largo plazo.
En este sentido, FIEC defendió que los contratistas europeos deben ser considerados un actor prioritario en la agenda comunitaria, ya que su capacidad técnica e innovadora resulta decisiva para transformar la gestión del agua en Europa.
Agua y cambio climático: un reto creciente
Los fenómenos climáticos extremos, como las olas de calor, las sequías prolongadas o las lluvias torrenciales, han intensificado en los últimos años la urgencia de una gestión hídrica eficaz. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, la frecuencia de sequías severas en el sur de Europa se ha duplicado en las últimas dos décadas, mientras que los países del centro y norte enfrentan cada vez más inundaciones.
La resiliencia hídrica se plantea, por tanto, como un requisito para garantizar no solo el acceso al agua potable, sino también la seguridad energética, la protección de la biodiversidad y la cohesión territorial. En este escenario, el sector de la construcción se perfila como catalizador de soluciones técnicas e infraestructurales para responder a un reto que ya es estructural.
Llamamiento a la acción europea
La reunión concluyó con un llamamiento claro: la Unión Europea necesita un marco estable de financiación, una mayor integración entre políticas de agua, energía y vivienda, y un reconocimiento explícito del papel de la construcción como socio esencial en esta transición.
El Comisionado Dan Jørgensen subrayó que la Coalición para la Resiliencia del Agua busca precisamente esa colaboración multisectorial, capaz de alinear a gobiernos, empresas y sociedad civil en torno a un objetivo común: garantizar la seguridad hídrica en un contexto de cambio climático y creciente presión sobre los recursos naturales.
Una oportunidad para la construcción
Para FIEC, el reto del agua es también una oportunidad para el sector. Las empresas constructoras europeas pueden consolidar su papel en la transición verde a través de proyectos que integren eficiencia hídrica, circularidad y digitalización. De esta manera, el agua se convierte en un eje estratégico que une sostenibilidad, competitividad y resiliencia.
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