La construcción española invirtió 122.000 millones de euros en 2024, lo que representa el 10,4% del PIB en términos de formación bruta de capital y el 5,3% del valor añadido bruto.
El sector emplea a 1,4 millones de trabajadores, cerca del 7% de la fuerza laboral nacional, pero arrastra problemas estructurales: déficit de vivienda, envejecimiento de la plantilla y ausencia de un sistema eficaz de revisión de precios en los contratos públicos.
El documento forma parte del Statistical Report 2025 de la Federación de la Industria Europea de la Construcción (FIEC), que analiza la situación de cada país miembro. En el caso de España, el informe resalta tanto los avances recientes como los riesgos que amenazan al sector.
El déficit de vivienda se erige en uno de los principales retos. Según la FIEC, España necesitaría levantar al menos 220.000 viviendas nuevas cada año para responder a la demanda actual. De no hacerlo, el país podría alcanzar un déficit acumulado de 2,74 millones de viviendas en 2039. En 2024, el número de visados para obra nueva ascendió a 127.721, un 16,7% más que en 2023, pero las viviendas efectivamente terminadas fueron menos de 100.000, insuficientes para cubrir la demanda.
En materia de rehabilitación, el informe reconoce el impulso del Plan de Recuperación y Resiliencia, que destina alrededor del 10% de su presupuesto a la regeneración urbana y la eficiencia energética. No obstante, el crecimiento de los visados (+7% en 2024) se queda por debajo de las expectativas del sector.
El apartado de obra civil refleja un volumen de licitación de 17.000 millones de euros en 2024, centrado en proyectos ferroviarios y viarios. Aunque el plan europeo ha mitigado parcialmente la falta de inversión desde 2011, la FIEC insiste en que España necesita reforzar la financiación pública en infraestructuras esenciales para movilidad sostenible, agua, medio ambiente y energía.
El empleo es otro de los puntos críticos. Solo el 10,3% de los trabajadores de la construcción tiene menos de 30 años, mientras que los mayores de 55 ya representan el 22%. En una década, la proporción de jóvenes ha caído casi un punto y la de seniors ha aumentado diez, lo que pone de manifiesto la ausencia de relevo generacional y la urgencia de atraer talento joven al sector.
El informe también advierte de los efectos de la inflación y la falta de actualización de precios en los contratos públicos. La ausencia de un mecanismo adecuado para revisar costes ha provocado un aumento de licitaciones desiertas o con un único ofertante, debilitando la competitividad respecto a otros países europeos que sí aplican sistemas de revisión.
En paralelo, el sector afronta los impactos de fenómenos climáticos extremos, como la DANA de octubre de 2024, que afectó gravemente a varias provincias y restó entre 0,1 y 0,2 puntos al PIB del cuarto trimestre. La FIEC pide acelerar las medidas de apoyo a familias y empresas afectadas y reforzar la inversión en resiliencia territorial.
De cara a 2025, la federación prevé un repunte en la construcción residencial, apoyado en los planes de vivienda del Gobierno, aunque anticipa un crecimiento más moderado en rehabilitación, obra no residencial y civil. Según las proyecciones del Banco de España, el PIB crecerá un 2,7% en 2025, con una tendencia de ralentización progresiva hasta 2027.

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