Un artículo del Barcelona ConTech Hub
La construcción, tradicionalmente lenta en adoptar innovación, se encuentra en 2025 en el centro de una tormenta perfecta de transformación. La presión por ser más productiva, sostenible y resiliente, unida a la escasez de mano de obra cualificada, ha convertido al ConTech en el gran protagonista del momento. Y no lo decimos nosotros: según los Industry Insights de Cemex Ventures correspondientes al primer semestre de 2025, la inversión global alcanzó los 2.023 millones de dólares, un 55% más que en el mismo periodo de 2024. Un sector que hace pocos años apenas despertaba interés en los fondos de venture capital, hoy se ha convertido en uno de los verticales más «hot» de la innovación.
El mapa de la inversión ofrece pistas claras sobre hacia dónde se dirige el futuro de la construcción. El 45% del capital se ha destinado a soluciones que mejoran la productividad, con un papel estelar de la inteligencia artificial, la analítica avanzada y las plataformas digitales. Desde la planificación de obra con gemelos digitales hasta la gestión de seguridad o el control de costes en tiempo real, la tecnología se está convirtiendo en el gran aliado para hacer más con menos. Muy cerca aparece lo que algunos llaman el “futuro de la construcción”: impresión 3D, robótica, automatización e incluso edificios inteligentes, que han recuperado protagonismo hasta representar el 30% de la inversión en este semestre.
En paralelo, se observa un fenómeno curioso: la caída de la inversión en construcción verde en EE. UU., influida por la menor prioridad política de la agenda climática. Europa, en cambio, sigue apostando con fuerza por la sostenibilidad y la economía circular, aunque a un ritmo algo más moderado que en años anteriores. La dualidad transatlántica es evidente: mientras Norteamérica lidera en volumen, Europa se consolida como referencia en el desarrollo de soluciones más verdes.
¿Y España? Tal como se observó en el Estudio sobre la Situación Actual del ConTech en España 2025, elaborado en abril por el Barcelona ConTech Hub, nuestro país está viviendo un momento de crecimiento acelerado. El ecosistema ya suma cerca de 180 startups, con Cataluña como epicentro, y una especialización en digitalización y sostenibilidad que encaja con las tendencias globales. Aunque todavía un paso por detrás de Estados Unidos o Reino Unido en volumen de inversión, España se perfila como un mercado emergente con gran capacidad de escalar en los próximos años.
El estudio también permitió entender mejor quién está detrás de esta revolución. El perfil de las personas fundadoras suele ser eminentemente técnico, con formación en ingeniería o tecnología y con experiencia limitada en emprendimiento. Este carácter refleja la naturaleza del sector: intensivo en capital, con barreras regulatorias y culturales, y con tecnologías físicas (como impresión 3D o industrialización off-site) que requieren tiempo y recursos para madurar. No obstante, el optimismo era claro: más del 90% de las startups encuestadas esperaba crecer en los próximos tres años y la mitad preveía hacerlo a nivel internacional.
Eso no significa que todo sea fácil. La resistencia cultural de la industria tradicional sigue siendo el gran freno para la adopción tecnológica. A esto se suman los costes de implementación, la lentitud regulatoria y la falta de inversores especializados en ConTech. Sin embargo, la experiencia internacional demuestra que estas barreras pueden superarse cuando los resultados son tangibles: obras más rápidas, menos costosas y con menor impacto ambiental.
Mirando hacia adelante, las tendencias se consolidan. La inteligencia artificial aparece como el eje transversal de todo: copilotos digitales, análisis predictivo y automatización de procesos. Le siguen la industrialización y la construcción off-site, cada vez más vinculadas a la sostenibilidad y al control de calidad. La economía circular, los nuevos materiales de bajas emisiones y la trazabilidad ambiental forman parte de un mismo relato en el que la construcción quiere dejar de ser uno de los sectores más contaminantes. Y tecnologías como la realidad aumentada, aún incipientes, apuntan a integrarse con BIM o IoT para ofrecer nuevas formas de visualizar, simular y controlar los proyectos.
El ConTech está, efectivamente, on fire. Nunca antes había concentrado tanto interés, capital y talento. Desde las grandes cifras globales recogidas por Cemex Ventures hasta el diagnóstico del ecosistema español elaborado por el Barcelona ConTech Hub, todo indica que estamos ante un punto de inflexión. No se trata solo de invertir en tecnología, sino de reinventar la construcción misma: más productiva, más digital y más sostenible. Quienes sepan surfear esta ola no solo liderarán el cambio, sino que marcarán el futuro de una industria que, ahora sí, ha decidido prender la mecha de la innovación.
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