Enclavada en la región vinícola de Tokaj-Hegyalja, protegida por la UNESCO, la bodega Sauska Tokaj se integra con una elegancia singular en el paisaje húngaro. Su volumen suspendido, que parece flotar sobre los viñedos, no solo constituye un gesto visual impactante, sino que refuerza el prestigio enoturístico de una de las zonas vinícolas más emblemáticas de Europa.
Tokaj, un territorio histórico del vino
El terreno volcánico y el clima continental de Tokaj han configurado, desde hace siglos, unas condiciones excepcionales para la viticultura. Mucho antes de la Conquista Húngara, las aldeas se asentaron en los valles y el vino se elaboraba en bodegas excavadas en la toba riolítica. Durante generaciones, la región alcanzó fama mundial gracias al aszú, un vino dulce y envejecido en roble que se convirtió en emblema de Hungría.
Sin embargo, la etapa socialista priorizó la producción masiva sobre la innovación. Fue tras la transición política cuando Tokaj inició un nuevo capítulo. A partir de los años 2000, la llegada de bodegas contemporáneas y el auge del turismo reactivaron la zona, aunque la infraestructura aún debía alcanzar el dinamismo de su renacimiento vitivinícola.
Una visión arquitectónica contemporánea
El proyecto de Sauska Tokaj nace con la misión de mostrar al mundo la energía y diversidad de los vinos de la región. La bodega se centra especialmente en los vinos blancos secos y espumosos, al tiempo que ofrece espacios de hospitalidad y gastronomía para consolidarse como destino enoturístico.
El arquitecto Péter Bordás, de BORD Architectural Studio, concibió el edificio bajo la filosofía de lo “intocable”: una arquitectura que parece no tocar el suelo, flotando como una esfera apoyada en un punto imperceptible. El resultado son dos volúmenes lenticulares de 36 metros de diámetro que se alzan sobre esbeltas columnas metálicas, acentuando la ilusión de ligereza.
Bajo tierra, en cambio, se ubican las áreas técnicas que requieren estabilidad térmica. Destacan las espectaculares salas de fermentación circulares, donde los depósitos de acero inoxidable rodean el espacio central de crianza en barrica. Esta contraposición entre lo subterráneo y lo aéreo subraya la dualidad entre tradición y modernidad.
El descubrimiento del paisaje
La llegada a la bodega se produce a través de un acceso integrado en la ladera, preservando la pureza escultórica del conjunto. El recorrido del visitante se abre con vistas privilegiadas a los viñedos y culmina en la terraza panorámica, desde donde el paisaje se despliega con fuerza.
Los interiores, diseñados por Tihany Design, reinterpretan la tradición vinícola local mediante el uso de madera natural, piedra caliza de la zona y detalles metálicos. El resultado es un ambiente refinado pero acogedor, que prolonga la experiencia de los vinos en clave arquitectónica.
Tecnología y funcionalidad
La zona operativa sigue una disposición rectangular conectada a las salas de fermentación mediante un túnel técnico. Por él circulan tanto la uva como el vino embotellado, además de albergar instalaciones mecánicas esenciales. La estética fría y metálica del sótano contrasta con los espacios luminosos y cálidos de las áreas de visita, reforzando la narrativa de dualidad que caracteriza al proyecto.
Un nuevo icono para Tokaj
Con una superficie construida de 5.830 m², diseñada entre 2014 y 2022 e inaugurada en 2024, la bodega Sauska Tokaj se erige como un nuevo referente arquitectónico en la región. Más que un lugar de producción, es un símbolo del diálogo entre paisaje, tradición vinícola y diseño contemporáneo. El proyecto no solo aporta un valor añadido a la identidad enológica de Tokaj, sino que también refuerza su papel como destino cultural y turístico de relevancia internacional.
Fuente v2com newswire Fotografias: @ Hufton + Crow Planos: BORD Architectural Studio. Vídeo: SoulCase Studio






















