Casa Loredo es la segunda vivienda unifamiliar dentro de la serie Nueva Arquitectura Vernácula del Cantábrico (NAVC). Ubicada en la localidad de Loredo, frente a la bahía de Santander, esta casa firmada por Zocoo Estudio reinterpreta las técnicas constructivas tradicionales de la región para responder a los usos, desafíos y estándares contemporáneos.
Lejos de caer en el mimetismo nostálgico, el proyecto plantea una reflexión sobre cómo lo vernáculo puede seguir vigente cuando se actualiza con rigor y sensibilidad. En un contexto normativo donde muchas regulaciones aún responden a modelos desactualizados, esta vivienda demuestra que es posible conjugar tradición y modernidad con una arquitectura honesta, sobria y bien contextualizada.
Un mirador al mar
La parcela, alargada y abierta al noroeste, se sitúa en una ladera con vistas privilegiadas al mar Cantábrico y a la ciudad de Santander al otro lado de la bahía. Concebida como un gran mirador, la casa se abre al paisaje a través de superficies acristaladas generosas que diluyen los límites entre el interior y el exterior, intensificando la presencia del mar como fondo escénico constante. El enclave natural, rodeado de pinos y encinas, ha sido determinante en el planteamiento arquitectónico.
Materialidad con arraigo
Casa Loredo se presenta como una declaración de intenciones en cuanto a materialidad. Su envolvente de mampostería de piedra caliza, trabajada con técnicas artesanales, remite a la arquitectura popular cántabra sin caer en el pastiche. Este gesto no solo asegura una integración visual en el paisaje sino que también refuerza la identidad del lugar.
La madera, empleada en techos interiores y exteriores mediante lamas orientadas hacia el mar, aporta calidez, textura y una lectura más contemporánea del espacio. La estructura, por su parte, alterna muros pantalla de hormigón armado con paneles de vidrio, generando un juego de opacidades y transparencias que dinamiza la experiencia espacial.
Adaptación climática
La orientación hacia el norte implica una exposición directa a los fuertes vientos y lluvias del Cantábrico. Lejos de evitar este condicionante, el proyecto lo asume como parte de su lógica de implantación. Para mitigar los efectos del clima, se integran patios protegidos, porches y aleros que permiten disfrutar del exterior incluso en condiciones adversas. La arquitectura se convierte así en una respuesta propositiva al entorno.
Orden y flexibilidad
La casa se organiza en torno a una planta en forma de L, con dos alas que pueden funcionar de forma independiente o conjunta. El ala este-oeste acoge las estancias comunes y el dormitorio principal, mientras que el ala norte-sur está destinada a las habitaciones de invitados. En el punto de encuentro de ambas alas se sitúa el acceso, desde donde ya se percibe el mar en el horizonte gracias a la cuidadosa disposición de los volúmenes y vacíos.
Esta distribución favorece tanto la privacidad como la vida en común, permitiendo que la vivienda se adapte a diferentes usos sin alterar su coherencia formal ni espacial.
Casa Loredo NAVC01 es un ejemplo notable de cómo los valores de la arquitectura vernácula pueden ser actualizados desde una mirada contemporánea, sin renunciar a la identidad ni al contexto. La casa no imita el pasado, sino que lo transforma en una propuesta arquitectónica rigurosa, funcional y profundamente enraizada en el paisaje del norte.
Fuente v2com newswire Fotografías @ David Zarzoso














