El Observatorio de Arquitectura Saludable (OAS), el Colegio Oficial de Médicos de las Islas Baleares (COMIB) y el Colegio Oficial de Arquitectos de las Islas Baleares (COAIB) han celebrado el “I Encuentro sobre Arquitectura y Salud en las Islas Baleares”. El evento, pionero a nivel autonómico, reunió a profesionales de la salud, la arquitectura, el urbanismo y la ingeniería para analizar cómo el entorno construido afecta al bienestar físico, mental y emocional de las personas.
Uno de los principales hitos del encuentro fue la firma de un acuerdo estratégico de colaboración entre OAS, COMIB y COAIB. Esta alianza busca impulsar la integración de criterios de salud pública en la planificación urbana y arquitectónica, fomentar el diálogo multidisciplinar y generar entornos urbanos más saludables.
Durante la inauguración institucional, Manuela García Romero, Consellera de Salut del Govern de les Illes Balears, subrayó que “vivir en un entorno saludable se traduce a la larga en menos enfermedades y una vejez más saludable”. Por su parte, el Conseller de Vivienda, Territorio y Movilidad, José Luís Mateo Hernández, defendió que “la arquitectura del siglo XXI debe entenderse como una herramienta de salud pública”.
La conferencia principal estuvo a cargo de Rita Gasalla, presidenta del OAS, quien reivindicó que “la arquitectura puede ser medicina preventiva”. Estuvo acompañada por Raquel Quevedo, directora de estrategia en Normagrup, y Paul Gerard, director técnico de Tayra e investigador en la Universidad Tecnológica de Dublín, que destacaron el papel de la tecnología y la calidad ambiental en los espacios interiores.
En la mesa redonda posterior, moderada por Irene Matías Campano, directora general del OAS, participaron:
- José Peña Zarza, pediatra, que destacó la necesidad de entornos seguros para la infancia.
- Carles Recasens Laguarda, psiquiatra y presidente del COMIB, que puso el foco en la salud mental.
- Emilia Román López, doctora arquitecta de la ETSAM-UPM, que pidió repensar los modelos urbanos.
- María del Mar Barbero Barrera, también doctora arquitecta, que recordó que “7 millones de personas mueren anualmente por la mala calidad del aire”.
El decano del COAIB, Bernat Nadal, cerró el acto apelando a una visión integradora: “No podemos hablar de salud pública sin hablar del entorno que nos rodea”.
Este primer Encuentro sobre Arquitectura y Salud celebrado en Palma no solo ha servido como un espacio de intercambio profesional, sino también como un punto de inflexión para repensar la planificación urbana desde una perspectiva de salud pública. En un contexto marcado por los retos del cambio climático, la creciente urbanización y el envejecimiento de la población, el diseño del entorno construido se revela como un factor clave para promover estilos de vida más saludables y sostenibles.
Durante las intervenciones, se remarcó que elementos como la calidad del aire, la iluminación natural, la accesibilidad, el confort térmico o la existencia de espacios verdes no son simples atributos estéticos o funcionales, sino determinantes directos de la salud física y mental.
Rita Gasalla, en su ponencia, ilustró cómo entornos mal diseñados pueden contribuir a la aparición de enfermedades respiratorias, estrés crónico, sedentarismo o aislamiento social, mientras que una arquitectura saludable puede prevenir dolencias, mejorar el bienestar y reforzar la cohesión social.
Raquel Quevedo compartió experiencias desde el ámbito industrial, centradas en soluciones tecnológicas aplicadas a la iluminación y ventilación para garantizar entornos interiores más seguros. Por su parte, Paul Gerard abordó los desafíos que implica medir y controlar la calidad del aire en edificios públicos, poniendo ejemplos de buenas prácticas aplicadas en hospitales y escuelas en Irlanda.
La mesa redonda moderada por Irene Matías aportó visiones complementarias y evidencias científicas sobre cómo la salud mental, las enfermedades infantiles o los problemas derivados del sedentarismo pueden abordarse desde el urbanismo y la edificación. Tanto Emilia Román como María del Mar Barbero alertaron de la urgencia de revisar los modelos de crecimiento urbano, abogando por entornos que favorezcan la movilidad activa, el contacto con la naturaleza y la vida comunitaria.
El acto concluyó con la voluntad conjunta de institucionalizar esta colaboración entre sectores, incorporando criterios de salud en las futuras políticas de urbanismo, vivienda y arquitectura en Baleares. Tal y como expresó Bernat Nadal, decano del COAIB, “no se trata solo de construir, sino de cuidar desde el diseño urbano”.